domingo, 19 de mayo de 2013

EL CADUCO MUNDO DE DISNEY

 PROPUESTA DE ANÁLISIS CRÍTICO EN LA ESCUELA

Patricia Digón Regueiro




           El recuerdo de una película Disney en la mente de cualquier adulto está relacionado con la infancia, con la época inocente y feliz, con aquellas canciones que enseñaban a hacer el bien, a respetar a la familia, a superarse a uno mismo y cuidar de los amigos. Disney, desde su nacimiento en los años 20 se ha transformado en una auténtica corporación a la que la globalización ha permitido llegar a todos los países del mundo. Las películas y sus canciones han quedado en un segundo plano. Actualmente Disney es una ciudad, un crucero, son juegos y juguetes, objetos decorativos y un largo etcétera. Por todo ello, merece que la sociedad del siglo 21 le dedique una mirada crítica y ponga en juego todo esos ideales y valores que parece defender.

            Disney lucha por la homogeneidad social, por mantener la ideología más tradicionalista enfrentándose al ritmo al que avanza la sociedad de hoy en día. Adaptándose a las nuevas tecnologías, estando presente en todos los medios; la corporación vende una imagen modernizada; sin embargo, ¿realmente ha cambiado? Los valores del bien y el entretenimiento son una cortina de humo a los estereotipos y a los valores profundamente tradicionalistas, conservadores y clasistas.

            Todos los cuentos y películas Disney se presentan como historias sencillas, con acciones prácticamente unitarias, personajes profundamente estereotipados, héroes que luchan por el bien y creen en la magia, finales felices y estructuras verbales repetitivas (“y comieron perdices…”). Todo ello responde a las características que definen una adicción. A través de esa adicción, se busca el control, la eficiencia, la uniformidad y lo predecible; todo ello da seguridad. Como producto infantil y considerando esta población como una población de riesgo, los niños toman a esos héroes y princesas delicadas como sus modelos y ejemplos a seguir. Construye así una generación de niños incapaces de desarrollar una mirada crítica que busque la justicia social, ya que todos aspiran a lo mismo y ser diferente estaría visto como algo malo. Disney visto desde una mirada superficial es un mundo de fantasía y de inocencia lejos de la violencia, delincuencia, de las guerras que azotan cada día al mundo. Desde, una mirada crítica, Disney es un manipulador. 

Sin embargo, es una magnífica herramienta para trabajar en el aula. A través del visionado de una película se pueden trabajar numerosos temas transversales relacionados con la educación moral y cívica, educación por la paz, por la igualdad de oportunidades, por el consumo razonable, por la salud y la alimentación equilibrada, educación ambiental; podemos trabajar materias instrumentales como el conocimiento del medio natural, social y cultural (a través del racismo, la diferencia de clases, la jerarquización que existía en otras épocas…), la lengua y la literatura (a través de invención de finales, diálogos, acentos y personajes diferentes) el inglés (a través de traducciones de la versión original y la comparación con la versión traducida…), la educación artística (el estudio de los rasgos de los personajes en el dibujo Disney…). El Mundo Disney abre innumerables posibilidades de trabajo en el aula, no se debe considerar un arma de homogeneización social, sino todo lo contrario, una herramienta de lucha social, pero para ello se ha de estar concienciado.
           
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario