jueves, 18 de abril de 2013

CHIMAMANDA ADICHIE: El peligro de la historia única



            En su conferencia, Chimamanda Adicihie nos habla del peligro de parcelar la historia de un país, de un continente, de un lugar, de una persona o de una época determinada considerándola como la única verdad demostrada. Debemos recordar que el hombre es incapaz de comprender la realidad de forma completa ya que, somos seres limitados. En su caso, lo único que le permite tener una visión de la verdad más o menos objetiva es la parcelación. Pero llegado este punto, debemos diferenciar entre una mirada abierta a la realidad y otra mirada literalmente específica. Nos referimos al hecho de que una mirada abierta entenderá esa parcelación como una necesidad pero no considerará la mirada específica como única, comprenderá que existen varias miradas. La visión específica reducirá la realidad a una sola, alejándose por lo tanto de la verdad.
            Chimamanda cita “Es así como creamos la historia única, mostramos a un pueblo como una cosa, una sola cosa, una y otra vez, hasta que se convierte en eso”. ¿Cómo se puede llegar del relativismo al más puro etnocentrismo? Chimamanda afirma que se trata del poder, de otra forma esa única idea no se forjaría tan duramente. Estas últimas décadas hemos hablado de capitalismo, y también de globalización o mundialización. La globalización es un proceso que se ha ido desarrollando paulatinamente mientras las nuevas tecnologías y comunicaciones iban evolucionando; con ella las sociedades del mundo, sus culturas, sus tradiciones se han resumido a una sola: la impuesta por las grandes potencias. Somos todos marionetas de la globalización, se están corrompiendo las identidades de las sociedades del mundo, estamos destruyendo las dignidades de nuestros pueblos a fuerza de crear un único mundo lleno de estereotipos. Además, aquel pueblo que no encaje en la “normalidad”, será catalogado, definido por sus diferencias para concebirlo como lejano. Con esto queremos decir, que su historia, su vida cotidiana actual, sus gentes serán simplificadas. Esto es lo que muestra Chimamanda cuando afirma que para la mayor parte de no africanos, su tierra es concebida como un lugar salvaje, lleno de animales y gentes extrañas. Es entonces cuando alguna compañía de viajes promueve esta visión ofreciendo excursiones exóticas a parajes olvidados para comprobar de cerca esas diferencias; y, algún turista con actitud de condescendencia regala una cámara de fotos, algún utensilio o mucho peor, algún tipo de arma quebrantando y corrompiendo un pueblo que tenía su propio equilibrio, su propia estabilidad.
            En el caso de África aquí expuesto, ¿por qué hablamos de esa actitud condescendiente o de esa visión de pobreza, epidemias y catástrofes? Chimamanda hace referencia a un estudio realizado en el año 1561 por John Locke donde se hablaba de la anatomía extraña de las gentes africanas. En este caso, añadiremos a esto las consecuencias de la Guerra Fría. ¿Por qué la gran mayoría de países africanos son considerados como el tercer mundo? En la Guerra Fría participaron varios países, una de las alianzas era concebida como el primer mundo y la otra parte como el segundo mundo. El resto de países que no participaron fueron catalogados como el “tercer mundo”. Hablando de primero, segundo y tercero, parece que hagamos referencia a una competición sobre un podio. Siendo de esta forma, el primer mundo es el mundo desarrollado, rico, lleno de posibilidades. El segundo mundo avanza poco a poco para convertirse en algo mejor. El tercero quedó sin posibilidades. Esa medalla de bronce costó la visión única de esos países también catalogados como países pobres. Parece que los indicadores de desarrollo humano y el producto interior bruto de un país, le sirvan de etiqueta, de carta de presentación. Una vez más, reducimos la mirada a una sola. Estos países son concebidos como “inferiores” y así se generan actitudes de condescendencia, de caridad. Construimos la imagen que el profesor de Chimamanda vendía como “autenticidad africana”. Pensamos que un país africano si no es pobre, no padece de sida y no mueren más de muchos niños por minuto; no es África. Aún nos extrañamos cuando hablan de los países del norte de África como países desarrollados.
            “La historia solo la escriben los ganadores y vencedores de grandes batallas”. ¿Dónde quedan los perdedores? ¿Por qué estudiar la historia desde el final de una batalla como simples hechos, fechas y nombres y no desde las causas, los ideales de las sociedades que se enfrentaron, que se enriquecieron? Estamos acostumbrados a estudiar la historia a partir de la linealidad: un hecho detrás de otro, un rey detrás de otro, hay personajes buenos y personajes malos. ¿Quién admitiría que Hitler fue un gran gobernante o que María Antonieta pensó en los campesinos franceses mientras se construía su retiro en Versalles? Tenemos una sola idea de cada acontecimiento. Sin contradecir o menospreciar a un solo historiador, afirmamos que la historia tiene muchas caras, dependiendo de quién la cuente. Es complicado que el hombre alcance la objetividad completa en temas de historia ya que tenemos nuestra propia cultura y esa naturaleza que hemos hecho propia nos dicta formas de pensar, además de tener muy claro lo que es el “bien” y el “mal”. Pero, precisamente porque somos seres libres, debemos amenazar nuestros pensamientos más arraigados a través del espíritu crítico y eso; es lo que Chimamanda y su editor comienzan a hacer en determinadas escuelas africanas o de otras partes del mundo. Esa es nuestra labor como maestros, enseñar la historia o la geografía ya no en línea cronológica recta sino como si se tratara de una espiral o de un juego de dados donde en cada uno, tenemos diferentes visiones. Como bien afirma Chimamanda, “las historias varias dan poder, humanizan y reparan la dignidad rota de los pueblos”.

LA ENSEÑANZA POR PROYECTOS: ¿MITO O RETO?




                                                                                 Aurora LaCueva


            Aurora LaCueva analiza en su estudio las características, ventajas, fases más genéricas y peligros de la enseñanza por proyectos proponiendo así una forma totalmente diferente de favorecer el aprendizaje en el aula. Lo diferente en el mundo educativo suele generar un intenso miedo ya que el maestro aún en el siglo XXI sigue sin estar programado para abandonar la enseñanza tradicional y enfrentarse a otro tipo de proceso de enseñanza-aprendizaje más interactivo. Aunque, si bien es cierto, ese maestro es conocedor de que la experiencia ha mostrado la inutilidad de la escuela tradicional y rutinaria. La enseñanza por proyectos no garantiza una programación clara, un hilo conductor que fije paso a paso lo que se ha de hacer, y precisamente en ello reside la negación por parte de la escuela a enfrentarse a este tipo de proyectos. Ésta es una forma diferente de educar, enseñar y aprender ya que ofrece más de una posibilidad, más de un resultado.


            Este tipo de enseñanza por proyectos ha sido criticada por la falta de fundamentación teórica y un exceso de empirismo. Eso es precisamente debido a una explicación anclada en el análisis teórico y metateórico del trabajo por proyectos, esto es debido a que nunca se ha llenado “el espacio entre los grandes postulados y la cotidianidad escolar”. Con cotidianidad escolar nos referimos a una metodología paidocentrista que parta desde los intereses del niño, desde su entorno, su tiempo histórico, desde las posibilidades del centro. Evidentemente, no se puede esperar de estos proyectos la formulación de grandes teorías y leyes que modifiquen el curso de la humanidad, esta enseñanza ha de acoplarse a la mentalidad infantil moviéndose entre dos planos a evitar: la extrema orientación y la extrema divagación. Con el primero nos referimos a que hay que evitar la investigación conformista frente a la investigación crítica. Es decir, la primera parte del cumplimiento de una tarea “sin llevarse nada a cambio”, la investigación crítica conlleva una integración de nuevos conocimientos no memorística y la propuesta de nuevas preguntas, una retroalimentación. No se trata así de elaborar una receta que solo lleve a una acción final. Se trata de favorecer el contacto del alumno con una temática dada que parta de sus intereses pero tenga fundamentación teórica de distintas fuentes, no solo de un libro de texto. De este contacto, surgirán dudas y preguntas que motivarán al alumnado obligándole a buscar soluciones que no siempre serán satisfactorias. En el caso de no serlo, los alumnos deberán tolerar la frustración y comprender por qué llegaron a ese camino sin salida proponiendo nuevos retos. En el caso de hallar respuestas satisfactorias a las preguntas, éstas generarán nuevas preguntas, proponiendo así finalidades infinitas al trabajo por proyectos, además de transversales ya que interconectarán diferentes áreas de aprendizaje. En cuanto al plano de extrema divagación, en este punto es donde interviene el maestro que actuará como un guía asegurando la continuidad temática en los proyectos, el estudio de lo esencial, de lo típico y buscando la elaboración de un trabajo fértil para evitar frustraciones innecesarias. El maestro abogará por la paciencia, la implicación afectiva de los alumnos, su colaboración y comprensión, por ello es una metodología paidocentrista. La evaluación no residirá en la nota, sino en el proceso. La organización es la clave de esta enseñanza y, no hace falta que todo el grupo-clase realice una investigación conjunta, es mucho más enriquecedor el trabajar por grupos y que todos ellos estén interconectados. Más motivante resultará que al finalizar el proyecto todos expongan sus conclusiones ya que no hay mejor evaluación que la propia al intentar hacer que los compañeros entiendan tu trabajo y lo valoren aportando nuevas ideas. Esta es la mejor forma de romper la competitividad y trabajar en un clima de afecto y cooperación donde todos ponen lo mejor de sí mismo, trabajando por la creatividad y la originalidad.
            La enseñanza por proyectos no es un obstáculo al currículum sino todo lo contrario. En la sociedad que vivimos, totalmente diferente a la de hace treinta años, la cuestión ya no es saber respuestas y enumerarlas sino saber encontrar las respuestas más válidas. Y para ello, hace falta una mirada crítica que solo el trabajo por proyectos que implica fundamentación teórica y práctica dará.